BFG no es un gigante triturador de huesos ordinario. Él es demasiado agradable y desordenado. Es una suerte para Sophie que lo sea. Si se la hubiera llevado en medio de la noche el Bloodbottler, o cualquiera de los otros gigantes en lugar del BFG, pronto se habría convertido en el desayuno. Cuando Sophie se entera de que los gigantes se están yendo a Inglaterra para engullir a unos cuantos niñitos, decide que debe detenerlos de una vez por todas. ¡Y el BFG la va a ayudar!