Steve nació en San Francisco, California, en 1955. Sus padres biológicos decidieron darlo en adopción y pasó a formar parte de la familia Jobs. Paul Jobs era maquinista ferroviario y Clara, su mujer, ama de casa. De pequeño Steve pasaba muchas horas con su padre en el taller de su garaje armando y desarmando objetos cotidianos como muebles, radios y otros artilugios. A los doce años, en un campamento de verano, vio por primera vez un ordenador que ocupaba toda una habitación y quedó impresionado. Más tarde se hizo amigo de Steve Wozniak, al que le unió su pasión por la electrónica. Después del instituto se matriculó en el Reed College pero las clases le parecían aburridas y demasiado caras y, seis meses después, decidió dejarlas. Trabajó con el fabricante de videojuegos Atari y ahorró lo suficiente para viajar a la India, donde adoptó la religión budista. Cuando regresó a California, Wozniak trabajaba para Hewlett-Packard y en su tiempo libre diseñaba su propio ordenador. Fue entonces cuando Jobs le propuso montar una empresa juntos; ambos compartían la idea de que todo el mundo debía tener un ordenador personal en su casa. Construyeron el Apple 1 en el garaje de Jobs. Fue el primer ordenador personal de su tipo y con él comenzó la carrera de una de las empresas de tecnología más exitosas de todos los tiempos, creadora de dispositivos tan revolucionarios como el iPhone, iPad, iWatch... Jobs enfermó de cáncer y murió a los cincuenta y seis años. La increíble visión y el coraje de Steve Jobs para «seguir su intuición» siguen vivos hoy en día.